Cuáles son las funciones del presidente de la Asamblea Legislativa
Este 01 de mayo los diputados deben elegir nuevamente el Directorio Legislativo en medio de una disputa por el puesto más importante, la Presidencia.
Este 01 de mayo, la Asamblea Legislativa de Costa Rica se enfrenta a una de sus decisiones más relevantes en la estructura del poder parlamentario: la elección del Directorio Legislativo.
En este proceso, la figura de mayor jerarquía es la del presidente o presidenta del Congreso, un cargo que no solo tiene implicaciones prácticas para el desarrollo del trabajo legislativo, sino también simbólicas respecto al equilibrio de poderes en el país.
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Aunque la atención pública muchas veces se concentra en las personas que ocupan el cargo, resulta necesario comprender primero el papel que desempeña esta figura dentro del orden institucional costarricense y la manera en que se ha administrado su continuidad a lo largo de los últimos años.
Una función que articula el funcionamiento del Congreso
El presidente de la Asamblea Legislativa es, en esencia, quien dirige los trabajos del Plenario y representa al Poder Legislativo ante los otros poderes de la República, la ciudadanía y organismos internacionales.
Se trata de una figura elegida por mayoría simple cada 01 de mayo, por un periodo de un año, con la posibilidad de ser reelecto de forma consecutiva o alterna, sin límite legal de periodos.
Dentro de sus principales atribuciones destacan:
- Presidir las sesiones plenarias: debe organizar, iniciar, suspender o levantar las sesiones del Congreso y asegurar que se desarrollen conforme al reglamento.
- Conceder el uso de la palabra y ordenar votaciones: regula la participación de los diputados y diputadas en los debates y conduce el proceso de aprobación o rechazo de mociones y proyectos de ley.
- Garantizar el orden interno: puede llamar al orden, imponer sanciones disciplinarias en casos específicos y proteger la buena marcha de los debates.
- Firmar la legislación aprobada: junto con los secretarios del Congreso, autentica las leyes que serán remitidas al Poder Ejecutivo.
- Integración de comisiones: participa en la conformación de las distintas comisiones legislativas, las cuales son vitales para el análisis técnico de los proyectos de ley.
- Representación institucional: actúa como vocero del Parlamento y puede participar en reuniones de alto nivel, actividades protocolarias o foros internacionales.
En casos excepcionales, el presidente legislativo también tiene una función de sustitución en el orden constitucional.
Si el presidente de la República y ambos vicepresidentes están impedidos o ausentes, la jefatura del Ejecutivo recae, temporalmente, en quien presida la Asamblea Legislativa.
La reelección legislativa: ¿excepción o camino viable?
Desde el año 2000 hasta la actualidad, la presidencia del Congreso ha sido, en la mayoría de los casos, rotativa. Esta práctica no está definida por ley, pero ha sido una costumbre parlamentaria para promover el equilibrio entre partidos y fomentar la alternancia en el ejercicio del poder dentro del Parlamento.
No obstante, existen antecedentes que confirman la posibilidad de reelección por varios años consecutivos. El caso más representativo en lo que va del siglo XXI es el de Francisco Antonio Pacheco, quien presidió el Congreso durante todo el cuatrienio 2006-2010.
Más recientemente, se han dado ejemplos de presidencias consecutivas por dos y hasta tres años, en contextos donde las fracciones logran acuerdos amplios para sostener un liderazgo estable.
Estos precedentes, aunque no frecuentes, revelan que el Congreso puede optar por la continuidad si considera que un liderazgo ha brindado estabilidad, eficiencia o diálogo entre bancadas.
Elección 2025: un año clave para la conducción legislativa
El proceso de selección del nuevo Directorio se produce en un año particularmente sensible para el país: el último del actual periodo legislativo.
Es un momento en el que muchas iniciativas relevantes se encuentran pendientes de discusión y donde la capacidad de gestión del presidente legislativo será determinante para marcar el ritmo de trabajo del Congreso.
Los desafíos que enfrenta esta figura incluyen la administración del tiempo legislativo, la priorización de proyectos de impacto nacional, el manejo de tensiones entre fracciones y la relación con el Poder Ejecutivo.
También deberá lidiar con el escrutinio público, especialmente en un contexto donde la población exige mayor transparencia, eficiencia y resultados concretos en materia de seguridad, economía y bienestar social.
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Más allá del nombre que se elija para encabezar el Congreso, la responsabilidad será la misma: ejercer un liderazgo justo, equilibrado y firme, que garantice la pluralidad y respete las reglas del juego democrático.
La presidencia de la Asamblea Legislativa es una posición de gran relevancia dentro del aparato institucional costarricense. Lejos de ser un cargo ceremonial, implica una carga operativa y política que puede incidir directamente en la calidad de la democracia.
La persona que resulte electa no solo representará al Legislativo, sino que tendrá la oportunidad de fortalecer la institucionalidad en un año crucial para el país.
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