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Tendencia

¿Cuál es la diferencia entre una crisis de ansiedad y un ataque de pánico?

Conocer los términos es crucial para abordarlos de manera adecuada.

Fernanda Araya Costa Rica /

En el contexto de la salud mental, es esencial comprender las diferencias entre el ataque de pánico y la crisis de ansiedad, aunque a menudo se utilizan como sinónimos. Conocer adecuadamente estos términos es crucial para nuestra salud emocional y abordarlos de manera adecuada

A continuación, exploramos las características distintivas, síntomas y consecuencias de ambas afecciones.

¿Qué es un ataque de pánico? 

Un ataque de pánico es una condición clínica marcada y definida en el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) como un episodio repentino de miedo intenso que provoca reacciones físicas graves, incluso en ausencia de peligro real o causa aparente. 

La Clínica Mayo añade que durante un ataque de pánico, la persona puede sentir que está perdiendo el control, sufrir un ataque al corazón o incluso enfrentarse a la muerte.

Es importante destacar que los ataques de pánico son eventos clínicos poco comunes; la mayoría de las personas solo experimenta uno o dos en toda su vida, o tal vez ninguno. Sin embargo, si se repiten, pueden desarrollarse en un trastorno de pánico, una afección con alta comorbilidad y un curso crónico según un estudio realizado por la profesora Susana Amodeo.

¿Qué es una crisis de ansiedad?

En contraste, la crisis de ansiedad no es una condición clínicamente definida en sí misma ni se encuentra como tal en el DSM-5. Lo que sí se presenta son trastornos mentales de ansiedad, asociados a personas que experimentan preocupaciones y miedos intensos, persistentes o excesivos en situaciones cotidianas o eventos específicos de la vida rutinaria.

Es normal sentir niveles moderados de ansiedad en ciertas situaciones, como ante un examen, una entrevista de trabajo o una cita importante

De hecho, cierto grado de ansiedad puede ser fisiológicamente beneficioso, ya que nos mantiene alerta y protegidos ante posibles amenazas. Sin embargo, cuando la ansiedad se descontrola, al igual que el miedo, puede tener consecuencias negativas a nivel físico y psicológico. 

Cuando estos picos de ansiedad son excesivos y recurrentes en un lapso de tiempo determinado, se les denomina como crisis de ansiedad.

Causas de la crisis de ansiedad y el ataque de pánico 

Aunque las causas que pueden provocar ambas afecciones no difieren significativamente, el mismo desencadenante puede generar tanto una crisis de ansiedad como un ataque de pánico. Por ejemplo, una persona puede pasar de experimentar una crisis de ansiedad a un ataque de pánico cuando una situación se vuelve incontrolable.

Por lo general, se considera que la crisis de ansiedad se debe a la acumulación de estrés. Esta acumulación "estalla" ante un hecho específico, desencadenando una intensa angustia vinculada a la ansiedad.

Por otro lado, un ataque de pánico puede ocurrir sin un desencadenante aparente, aunque también puede estar relacionado con la acumulación de estrés asociado a eventos traumáticos, como el miedo a hablar en público. 

Un pico arrepentido de estrés activa el sistema nervioso simpático, desencadenando una respuesta de huida en el individuo, quien percibe subjetivamente una amenaza aterradora.

En general, una crisis de ansiedad suele manifestarse con una intensificación gradual de los síntomas, mientras que un ataque de pánico puede surgir inesperadamente con una intensidad repentina y, por lo tanto, es más difícil de prevenir.

Síntomas comunes

  • Taquicardias y palpitaciones.
  • Sudoración.
  • Náuseas.
  • Dolor en el pecho.
  • Mareo.
  • Sofocos.
  • Miedo a perder el control.

Síntomas específicos del ataque de pánico

  • Comienzo arrepentido e intensidad elevada de los síntomas.
  • Temor a sufrir un ataque al corazón.
  • Falta de aire.
  • Dificultad para moverse, sensación de estar "paralizado".
  • Necesidad urgente de huir.
  • Sensación de irrealidad o desconexión de la realidad.
  • Despersonalización.
  • Síntomas específicos de la crisis de ansiedad:
  • Se asocia a situaciones concretas que atemorizan al individuo.
  • La intensificación de los síntomas es gradual.
  • Irritabilidad.
  • Inquietud y nerviosismo.
  • Problemas para conciliar el sueño.
  • Cansancio o agotamiento mental previo.

¿Cómo diferenciar una crisis de ansiedad de un ataque de pánico?

 Distinguir entre una crisis de ansiedad y un ataque de pánico es crucial para abordar adecuadamente cada situación. 

Si, a pesar de sentir angustia, todavía puedes manejar la situación y retirarte del evento que posiblemente desencadenó los síntomas, probablemente estés experimentando una crisis de ansiedad

Además, si ha notado que la tensión iba acumulándose durante minutos, horas o incluso días antes del episodio, lo más probable es que se trate de una crisis de ansiedad.

Por otro lado, si los síntomas surgen de manera repentina e inesperada, encontrará una sensación de amenaza y terror incontrolables, y te resultará difícil manejar la situación por ti mismo, es probable que estés experimentando un ataque de pánico. En tales circunstancias, es importante buscar ayuda inmediata.

Si presencias un ataque de pánico en otra persona, una vez que se haya solicitado atención médica, tu papel será ayudar a la persona a volver a la realidad, grabándole que la amenaza que percibió no es real y que está experimentando un episodio momentáneo de miedo intenso. 

Reforzar el hecho de que el ataque terminará en unos minutos y que todo estará bien puede ayudar a la persona a recuperar gradualmente su estado físico y mental normal.

¿Cuándo consultar a un psicólogo? 

Es fundamental tener en cuenta que un solo ataque de pánico no implica, no obstante, un trastorno en sí mismo. En estos casos, se debe analizar si se trata de una simple reacción fisiológica eventual o si hay causas más profundas relacionadas con un trauma o acumulación de estrés.

Sin embargo, si las crisis de ansiedad son recurrentes en situaciones cotidianas o se producen de forma habitual en nuestra rutina diaria, independientemente de la situación específica que estemos viviendo, es recomendable consultar a un asesor para evaluar el riesgo de que estos episodios recurrentes se conviertan en un trastorno de ansiedad.

En conclusión, comprender las diferencias entre el ataque de pánico y la crisis de ansiedad es esencial para abordar adecuadamente estos trastornos y promover la salud mental. 

Ante cualquier duda o preocupación, es importante buscar la ayuda de un profesional para obtener un diagnóstico certero y recibir el apoyo necesario para manejar estos desafiantes episodios de manera saludable.


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