Criminales obstruyen accesos a comunidades para ganar tiempo en la eliminación de evidencias | VIDEO
Bandas dedicadas al tráfico de drogas recurren a barricadas, chatarra y árboles derribados para obstaculizar operativos policiales en varias comunidades del país.
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Imagen iustrativa.
Las bandas dedicadas al narcotráfico en Costa Rica han empezado a utilizar una nueva estrategia para frenar o retrasar los operativos de la Fuerza Pública y las unidades antidrogas: colocar obstáculos en caminos y accesos. Esta práctica se ha detectado con mayor frecuencia en comunidades donde estos grupos ejercen control territorial y buscan evitar que las autoridades lleguen a sus puntos de operación.
Entre las maniobras más comunes se encuentran la colocación de árboles derribados, grandes piedras, chatarra y vehículos abandonados bloqueando las vías. Además, los grupos criminales improvisan barricadas y lanzan objetos punzantes sobre los caminos con la intención de dañar las llantas de las patrullas, especialmente en zonas alejadas o de difícil acceso.
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Según reportes policiales, estas acciones tienen como propósito ganar tiempo para que los traficantes escondan drogas, eliminen evidencia o logren escapar antes de que las autoridades puedan ingresar a los sectores controlados por las bandas. En algunos casos, personas de la misma comunidad, muchas veces bajo amenaza o presión, cumplen funciones como vigilantes y alertan sobre la presencia de vehículos policiales.
Para contrarrestar estas maniobras, las autoridades han reforzado los patrullajes con vehículos especiales 4x4, grúas y maquinaria para remover obstáculos, así como con apoyo aéreo mediante helicópteros y drones de vigilancia. Además, se trabaja en coordinación con comunidades que rechazan estas prácticas criminales y buscan recuperar la seguridad de sus barrios.
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El Ministerio de Seguridad Pública ha señalado que estas acciones forman parte de una escalada de violencia y control social ejercido por grupos dedicados al narcomenudeo y tráfico de estupefacientes, que buscan consolidar sus operaciones en distintas regiones del país.
Las autoridades insisten en la importancia de que la ciudadanía denuncie este tipo de hechos de forma confidencial al 9-1-1 o a la línea 800-8000-645 del OIJ, para evitar que estos grupos sigan sembrando temor y violencia en las comunidades.
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