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Internacional

Hombre droga a su esposa para ser violada por desconocidos

Cerca de 80 hombres participaron en las violaciones.

Jorge Alpízar Francia /

El juicio contra Dominique Pélicot, de 70 años,comenzó el lunes en la ciudad de Aviñón, Francia, en lo que promete ser un proceso sin precedentes.

Pélicot está acusado de drogar a su esposa Gisèle Pélicot, de 67 años, durante casi una década para permitir que desconocidos la violaran.

A lo largo de estos años, alrededor de ochenta hombres abusaron de Gisèle en su propio hogar, en Mazan, un pequeño pueblo con apenas 6,300 habitantes. 

Lo más perturbador es que Pélicot ofrecía los "servicios" de su esposa en una página web dedicada a los llamados "intercambios libertinos", bajo la descripción de una mujer "sonámbula y obediente".

El caso, que ha conmocionado a toda Francia, expone el lado más oscuro de una figura aparentemente ejemplar. Pélicot era considerado un esposo y padre intachable, con tres hijos que lo adoraban.

A lo largo de las décadas de matrimonio, nadie sospechaba nada fuera de lo común en su comportamiento. Sin embargo, este velo de normalidad se desmoronó cuando un vigilante lo sorprendió tomando fotografías de la ropa interior de mujeres en los baños de un supermercado.

Lo que en un principio parecía un comportamiento lascivo aislado, pronto revelaría un oscuro entramado de abusos, que terminó por transformar su reputación y destrozar su imagen familiar.

¿Qué más encontró la policía?

Tras la detención de Pélicot, la policía descubrió en su computadora una serie de materiales que desvelaban los horrores cometidos en su hogar.

Entre los archivos, se encontraban imágenes de una de sus hijas desnuda, así como fotografías y vídeos de su esposa siendo abusada por desconocidos, en escenas de masoquismo extremo.

Estos hallazgos desencadenaron un escándalo nacional que dejó a la sociedad francesa conmocionada.

El juicio no solo busca establecer la responsabilidad de Pélicot, sino también de los cincuenta hombres que participaron en los abusos.

De estos, una treintena permanece prófuga, mientras que los demás enfrentan cargos junto a él.

Entre los acusados se encuentran profesionales de diversas áreas, como bomberos, médicos, abogados e incluso policías, quienes aseguran que solo se limitaban a pagar por los "servicios" que ofrecía el marido a través de la página web.

A pesar de sus intentos por mantenerse en silencio y distanciarse del caso, dieciocho de ellos han sido puestos en prisión preventiva.

En el transcurso de la investigación, Pélicot argumentó que comenzó a drogar a su esposa porque esta se negaba a cumplir sus deseos sexuales.

Su retorcida justificación fue que, ante el rechazo de Gisèle, decidió filmar cómo otros hombres la violaban, alegando que esto le brindaba satisfacción. La crudeza de sus declaraciones y la naturaleza del delito han sacudido profundamente a la opinión pública.

Este caso no solo destaca la depravación de un individuo, sino también la complicidad de un sistema que permitió que los abusos continuaran durante años sin ser detectados.

El juicio en Aviñón seguirá su curso durante varias semanas, y tanto la víctima como sus hijos buscan justicia por los años de sufrimiento y traición a los que fueron sometidos.


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