#DebateExtraTV: La televisión es espectáculo (Claudio Alpízar)

Algunos se niegan a aceptarlo, pero es una realidad: la televisión es espectáculo, y hasta lo más célebre e importante debe ser presentado como tal para ser atractivo. A ello le agregaría que los debates en estos medios tienen una audiencia variada y grande, no de “intelectualoides”, y van dirigidos a una comunidad ampliada y variada.

Así las cosas, el debate de ayer por el diseño y las preguntas fue muy plano, sin mayores sobre saltos ni posiciones novedosas que nos pudiera rescatar mayores contrastes entre ambos candidatos. Las diferencias en lo económico desaparecieron entre ambos candidatos, sus equipos económicos sin duda han permeado a los dos y viniendo ambos equipos de las mismas tendencias e influencias aquí no hubo diferencias. La única es de Carlos Alvarado con Luis Guillermo Solís, porque a diferencia del segundo el primero sí le entraría al déficit fiscal desde el primer día de un eventual gobierno.

En el tema de la familia y valores, Fabricio Alvarado acentuó su posición de primera ronda que tantos réditos le dio (535 mil votos), amarrando así a sus seguidores primarios. En el caso de Carlos, no hubo un mensaje claro y directo para los suyos (460 mil votos) para confirmar posiciones y aliados, al contrario, hay un abanico de cambios que denotan un giro a posiciones más de centro, sin contemplar lo económico, donde Carlos se movió a la derecha.

En el tema de seguridad, Carlos le sigue rehuyendo a ser directo y claro de su propuesta y de su equipo de seguridad, aquí Fabricio falló al no reclamárselo; así como al no aclararle que aun siendo Álvaro Ramos asesor -ad honorem- del actual Ministro de Seguridad, sus posiciones con el Ministerio de Justicia en relación con la liberación de “golondrinas” han sido de contraste y choques en la Administración Solís.

En el tema de infraestructura, Fabricio minimizó los resultados y obras de la Adm. Solís, y Carlos hizo un pequeño inventario para ampliar alguito los logros de su partido en esa área. En el tema de la pobreza, Fabricio rescató el programa Puente para el Desarrollo y la necesidad de enfocarlo mejor, Carlos aprovecho para resaltar logros importantes en esa área del actual gobierno. Temas como el agro, las relaciones internacionales y la tecnología siguen invisibilizados en los debates.

En la pesca de arrastre, la ventaja la sacó Fabricio, pues no solo se preocupó por los pececitos, sino también por los pescadores y sus familias que viven de esta actividad, lo cual le mostró más sensible con la gente.

Desde el punto de vista estratégico, Fabricio se acentuó hábilmente en denotar las carencias del gobierno PAC y girarle factura a Carlos como candidato oficialista, quien se desmarcó de la Adm. Solís, inclusive en el tema de corrupción donde acepta que se ha dado, pero se excluye de participar en ella. Sin duda, el “paquete” de la Adm. Solís es pesado para Carlos.

Interesante que Carlos se desligó constantemente de LG Solís, pero en seis ocasiones, muy continuas en la primera mitad de debate, pronunció el nombre y la relación de asesoría y compromiso con Rodolfo Piza. No nombró nunca a Ottón Solís, ni siguiera en los momentos del tema del Cementazo, donde la participación de Ottón ha sido más que relevante. Pienso que ligarse tanto a Piza y despegarse de los Solís se desfigura Carlos como líder y al PAC lo aleja de su esencia, de su sustancia.

Concluiría diciendo que fue un debate plano, sin sobresaltos, sin sorpresas, con lo esperado de ambos, en el cual Fabricio sacó ventaja por su manejo escénico, verbo y lenguaje corporal; por el fondo ambos en zonas de confort que su oponente les permitió. Con Carlos que no mostró ninguna ventaja de su formación académica, más cuando ha reclamado con tanto ahínco muchos debates.

Si de ganador se trata el asunto, en un debate muy lineal y sin momento clave que recordar, sin rasguños, aun con el empate, el que gana es quien va de primero en las encuestas que sale ileso.