Isla Bermeja y su misteriosa desaparición atribuida a EE. UU.

La Isla Bermeja es uno de los grandes enigmas de la geografía moderna, un territorio insular mexicano “ubicado” a 100 kilómetros al noroeste de la península de Yucatán y que aparece en sitios de ubicación geográfica como Google Maps a 22 grados, 33 minutos latitud norte y 91 grados, 22 minutos longitud oeste.

A pesar de aparecer en numerosos mapas este territorio, ofrecido a México durante las negociaciones entre el gobierno mexicano presidido por Ernesto Zedillo y la administración de Bill Clinton de Estados Unidos, no está donde se indica y de hecho no está por ningún lado.

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Muchas personas la han calificado de “isla fantasma” y las conspiraciones tomaron fuerza en 1997, cuando la Armada mexicana envió un buque llamado “Onjuku” a buscar dicho territorio que traería grandes beneficios a México en una zona conocida por sus reservas petrolíferas y minerales; empero, tampoco encontraron lo que buscaban.

La causa de la expedición fue poder hallar el territorio y poder reclamar su soberanía sobre él.

Como si de una cinta de ciencia ficción se tratara, inclusive como si fuera una mala broma, este islote “ubicado” en el Golfo de México por diversos registros cartográficos desapareció de la faz de la tierra.

La noticia, además de dejar atónitas a las autoridades aztecas, significó un balde de agua fría para México y la pérdida de más de 22 mil millones de barriles de petróleo en la zona del “Hoyo de Dona” que finalmente dominaría EE. UU.

El peñasco en cuestión ha aparecido en mapas desde el siglo XVI, habría permitido a México mover el límite territorial de sus aguas hacia el norte y a la vez optar por tener el derecho a reclamar cuatro de las cinco partes que conforman el “Hoyo de Dona”.

Al no poder hallar la Isla Bermeja, México debió firmar con su vecino del norte el Tratado sobre la Delimitación de la Plataforma Continental en noviembre del 2000 y dejó la zona bajo jurisdicción estadounidense.

¿Realmente existió la isla?

Mapas datados de 1570 elaborados por navegantes portugueses (además de registros escritos de países como España, Italia y Portugal) dan crédito de que estuvo presente en el Golfo de México. Por tanto, no cabría posibilidad de afirmar que es un invento.

Diversas expediciones, como una realizada en 2009 desde Veracruz y organizada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), intentaron aferrarse a la idea de encontrar la mítica ínsula; no obstante, corroboraron que no aparece y culparon a un deslizamiento geológico por la “pérdida” de la isla.

Inclusive, se utilizaron radares para intentar encontrar Isla Bermeja: tampoco la encontraron, ni siquiera en las profundidades.

Sumado a lo anterior, aparecieron múltiples rumores para intentar explicar el misterio. Desde creer que un tsunami hundió a Bermeja en las profundidades del océano, hasta culpar a la CIA (inteligencia estadounidense) por presuntamente hundirla a propósito.

De hecho, entre quienes afirman que Estados Unidos provocó el hundimiento de la isla, hay expertos del Instituto de Geofísica de la UNAM que han analizado la posible utilización de una bomba de hidrógeno para este propósito.

A pesar de los rumores y las hipótesis, el enigma sigue abierto y las teorías toman más fuerza con el paso de los años.

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