Danny Ocean conquistó al público costarricense con un show lleno de ritmo y emoción
Más allá de los imprevistos, Danny Ocean mostró la entrega y cercanía que lo distinguen sobre el escenario.
Aunque el inicio se retrasó más de quince minutos, la espera valió la pena. El público que llenó el Centro de Eventos Pedrega l este sábado 11 de octubre —entre ellos decenas de venezolanos ondeando sus banderas—, no tardó en comprobar que Danny Ocean tiene todo lo necesario para reafirmar su estatus como una de las figuras más queridas del género urbano latino.
El reloj marcaba las 8:50 p. m. cuando, tras una cuenta regresiva y un estallido de pólvora, el escenario se iluminó. El artista venezolano apareció entre gritos y luces de celulares, iniciando un recorrido por sus temas más populares, desde “Vitamina”, “Volaré” y “Swing”, hasta sus colaboraciones más sonadas como “Detente” y “Binikini”.
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Antes de su salida, Jessi G y Elena Rose habían logrado calentar el ambiente con presentaciones vibrantes que prepararon al público para la noche que se avecinaba.

Pasadas las 9:50 p. m., tras casi una hora de show, el cantante se ausentó unos minutos.
En las pantallas, se proyectó cómo era asistido en los camerinos y recibía oxígeno para continuar. Poco después regresó al escenario, acompañado de Elena Rose, con quien interpretó “Caracas en el 2000”, en uno de los momentos más emotivos de la velada.
Entre aplausos, risas y lágrimas, ambos artistas se dedicaron palabras de admiración mutua. Ocean aprovechó para enviar un mensaje que tocó el corazón de los presentes:
“Un saludo para todos mis hermanos venezolanos. Tengan fe de que un día vamos a regresar tranquilos a nuestra tierra.”
Esa frase encendió la emoción del público, que levantó aún más las banderas tricolores mientras sonaban los primeros acordes de “Crayola”, un homenaje a su país y a sus raíces.
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Y cuando parecía que el concierto llegaba a su fin, todavía faltaba la canción más esperada: “Me Rehúso”. Danny Ocean dejó que el público iniciara el tema, quizás por falta de aire o simplemente para compartir ese instante con todos. Miles de voces cantaron al unísono el himno que marcó los inicios de su carrera.
Unos recordaron a un amor perdido, otros abrazaron al que aún tienen, pero todos compartieron la misma emoción: la de estar frente a un artista que, más allá de los imprevistos, demostró su entrega y su capacidad de conectar con cada persona en la multitud.
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