¡Atención! ¿Padece usted de síndrome de piernas inquietas?
Se trata de una enfermedad bastante común.
El síndrome de las piernas inquietas, que también se denomina enfermedad de Willis-Ekbon, es una patología neurológica caracterizada por la presencia de molestias que las personas afectadas describen como hormigueo, quemazón, calambres, inquietud o dolor en las piernas.
Estas sensaciones se dan, sobre todo, al atardecer y por la noche y suelen aparecen o empeorar durante el reposo. Las molestias se alivian al moverse, caminar o frotarse las piernas. “Esta necesidad imperiosa de moverse es la que da nombre al trastorno”, apuntan los especialistas del Instituto del Sueño, centro especializado en trastornos del sueño presente en Madrid, Santiago de Chile y Panamá.
Este trastorno puede provocar “cansancio y somnolencia diurna, lo que puede afectar considerablemente al estado de ánimo, a la concentración, al desempeño laboral o escolar y a las relaciones personales. Muchas personas con síndrome de las piernas inquietas manifiestan que a menudo son incapaces de concentrarse, tienen problemas de memoria o no pueden realizar sus tareas diarias. De hecho, el síndrome de las piernas inquietas moderado o severo que no está tratado puede llevar a un descenso de aproximadamente el 20% en la productividad laboral y puede contribuir a sufrir depresión y ansiedad”, señala el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos.
Es un síndrome que no pone en peligro la vida, pero condiciona de manera muy notable el día a día de las personas afectadas. Algunos estudios apuntan que sólo el 10% de ellas estarían diagnosticadas.
La Sociedad Española de Neurología indica que el síndrome de las piernas inquietas es más frecuente en las mujeres, en una proporción de 2 a 1 respecto a los hombres. “Es muy importante establecer unas adecuadas normas de higiene del sueño como parte del tratamiento de esta enfermedad”, explica la neuróloga Ana Fernández Arcos.
“El curso de esta enfermedad es fluctuante, con temporadas en que los síntomas son más leves y otras en que son más intensos y empeoran la calidad de vida. Suele afectar a las extremidades inferiores, generalmente en las pantorrillas y en los tobillos. En algunos casos las molestias pueden ser intensas e incluso manifestarse durante el día”, comenta Ana Fernández Arcos, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y el Sueño de la SEN.
EFE.
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