Meghan Markle llora en funeral de la reina Isabel ll (VIDEO)
La duquesa de Sussex acudió de riguroso luto, con un elegante vestido.
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(Foto: Cortesía)
Este lunes 19 de septiembre se desarrolló el funeral de la reina Isabel ll y las lágrimas de Meghan Markle captaron la atención de los fotógrafos.
Markle no pudo evitar llorar en algunos momentos de los actos celebrados para despedir a la abuela de su esposo.
La duquesa de Sussex acudió de riguroso luto, con un elegante vestido. Además, lució los pendientes de perlas y diamantes que Isabel II le regaló cuando se casó con Harry.
Tras la ceremonia, Harry y Meghan, abandonaron la abadía y formaron al resto de la familia real británica para despedir el féretro de Isabel II que salió rumbo a Windsor donde descansará junto a los restos de su padre y de su marido, Felipe de Edimburgo.
Procesión en Londres
Tras el oficio religioso, Carlos III y sus hermanos Ana (72 años), Andrés (62) y Eduardo (58), seguidos por sus hijos Guillermo (40) y Enrique (38), acompañaron a pie el féretro en una procesión de casi 2 km por el centro de Londres.
El ataúd fue cargado sobre un carro de la Royal Navy que, al son de las marchas fúnebres de Beethoven, Mendelssohn y Chopin, fue tirado por decenas de marinos hasta al Arco de Wellington, en Hyde Park Corner.
Bisnietos de la monarca, el príncipe Jorge, de 9 años, segundo en la línea sucesoria, y su hermana Carlota, de 7 años, siguieron al cortejo en el primero de varios automóviles oficiales, junto a su madre Catalina y la nueva reina consorte, Camila.
El tercer hijo de los príncipes de Gales, Luis, de 4 años, estuvo ausente de los homenajes.
Infatigables pese a las largas esperas y colas en los múltiples homenajes de los últimos días, miles de británicos volvieron a lanzarse a las calles para acompañar a su reina hasta el final.
Muchos esperaron desde primera hora de la mañana en el Mall, la célebre avenida que conduce al palacio de Buckingham, con banderas británicas, para ver pasar la solemne procesión tras el funeral.
Otros lanzaron flores cuando el coche fúnebre en que viajó los 40 km desde Hyde Park recorrió el Largo Paseo que lleva al Castillo de Windsor, en una de cuyas puertas fue recibido por los queridos perros corgis de la desaparecida Isabel II.
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