¿Es peligroso que un joven consuma viagra?

Todo un “boom” resultó en 1998 la aprobación de aquella pastilla nunca antes vista, se trataba del primer tratamiento médico patentado contra la disfunción eréctil en toda la historia de la humanidad, ya que se había logrado el método anhelado por miles de años, tener control sobre las erecciones del pene. 

Fue la compañía estadounidense Pfizer quien anunció con ‘bombo y platillo’ el fármaco sildenafil, bajo el nombre de Viagra. Ahora es conocido de manera coloquial la “Pastillita azul”, la “Vitamina V” (relacionado con el nombre Viagra), o simplemente sildenafil o viagra, con más de 100 mil varones que se estima, lo han utilizado. 

Al paso del tiempo la patente se replicó, al igual que los comentarios de su efectividad y de los tolerables efectos secundarios, con lo cual, la prescripción médica de este medicamento ha quedado atrás y su uso en la actualidad es mayormente recreativo para quienes presenten o no, problemas de erección, además de conseguirse de manera genérica. 

Sin embargo, tal como lo afirma el especialista en tratamientos contra la impotencia sexual masculina, Óscar Javier Hernández García, los mejores clientes de este tipo de pastillas son los jóvenes, a pesar de que los problemas de disfunción suelen presentarse a partir de los 35 años de edad. 

“Aunque se inventó para los que tienen disfunción, los que no lo requieren también lo usan. Se cree que más de 100 millones de hombres han utilizado el viagra, pero no todos lo utilizan por impotencia, sino que se está utilizando de manera recreativa para cuando se requiera una erección”, declara el especialista en medicina interna y terapia intensiva adscrito al Hospital Ángeles. 

De manera posterior empezó la venta de medicamentos como la levitra (vardenafil) y Cialis (tadalafilo), sin llegarle a los ‘talones’ en ventas al sildenafil.

Joel Maldonado, encargado de una farmacia de genéricos en la colonia Miravalle de la ciudad de Gómez Palacio, coincide con el especialista, al compartir que hasta un 70 por ciento de clientes de algún tipo de pastilla contra la disfunción eréctil van desde los 20 a los 30 años de edad, además de ser recurrentes.

El médico Hernández García asegura que el viagra no es recomendable en personas que padecen diabetes , hipertensión, con obesidad o colesterol alto, fumadores y quienes no acostumbran a realizar actividad física, ya que aumenta la posibilidad de infartos, mismo caso para los jóvenes. 

“Puede llegar a ser peligroso por el número de ocasiones que lo usan los jóvenes, además que pueden llegar a desconocer que son hipertensos, tiene obesidad, no hace ejercicio y fuma mucho.Ese paciente si sigue así estará predispuesto a sufrir un infarto”. 

Aclaró que el abuso de consumo de viagra en los jóvenes se debe a que es la etapa donde hay más encuentros sexuales por semana, lo que genera en la juventud esa búsqueda de una erección duradera en cada ocasión que se les presente. En tanto, pueden correr el riesgo si desconocen sus condiciones de salud para utilizarlo.

Acudir con un especialista resulta la opción más viable para tomar de manera segura este fármaco, el cual puede ser o no, parte de un tratamiento específico de acuerdo a las condiciones de cada paciente contra la disfunción eréctil, donde los diabéticos y mayores de 50 años con la andropausia en apogeo, son quienes más lo sufren. 

“Por ejemplo, aquellos pacientes que tienen una enfermedad cardiovascular la deben pensar al usar de manera indiscriminada el viagra. Nada como consultar con el médico la dosificación adecuada, de cuál pastilla tomar para evitar riesgos, etcétera, todo para usarlas sin mayor riesgo”.

Asimismo resaltó que a mayor edad, hay más posibilidades de presentar problemas cardíacos al utilizar pastillas para forzar una erección, debido a que tienen sus arterias semitapadas por la misma edad.

El sildenafil es un inhibidor de una enzima llamada fosfodiesterasa, que actúa como regulador del flujo de sangre al pene. 

Sus efectos colaterales se relacionan con dolor de cabeza y zumbido de oídos, mientras que está contraindicado en personas con angina de pecho o infartos. 

Tal como lo marca la historia, el sildenafil empezó como un tratamiento de angina de pecho, pero con efectos colaterales reflejados en erecciones en los pacientes, con lo que se trabajó en buscar el autocontrol del miembro masculino.

En la época antes de Cristo había todo tipo de pócimas de hierbas y extractos de testículos de animales como los toros, según la interpretación de algunos papiros egipcios. 

“El pene es un órgano que trabaja de manera independiente, presenta una erección cuando le da su voluntad. Una de las metas que siempre ha tenido el hombre, es tener control sobre su erección”, opina el médico Hernández. 

Por siglos se llegó a pensar que las erecciones del pene se producían gracias al aire que llenaba cuerpos cavernosos del miembro viril. 

Además, había desinformación sobre la satanización que tenían los genitales y la masturbación por parte de la Iglesia, que lo relacionaba con el pecado, herejía y hasta brujería. 

Sin embargo, fue el artista Leonardo da Vinci quien descubrió, a través de cadáveres que estudiaba y pintaba, que era la sangre la que hacía levantar al pene, esto allá por el siglo XV d.C. 

Este descubrimiento cambió todo el panorama del pensamiento humano y de la ciencia, por lo cual se empezaron a utilizar métodos nada ortodoxos como el trasplante de testículos de monos o de humanos, sin los resultados esperados. 

Ya en la época contemporánea, en los años setentas se llegaron a utilizar sustancias que aumentaban la circulación sanguínea como la papaverina o las prostaglandinas que controlaban la presión arterial. 

A finales de los ochentas tomó fuerza la creencia que la disfunción se debía principalmente a problemas mentales o psicológicos, teoría que al paso de los años fue descartada. 

Antes de la aprobación del sildenafilo en marzo de 1998, se usaban otras pócimas de hierbas y métodos manuales como las bombas de vacío, llamadas “bombas penianas” que se colocaban en los testículos haciendo pasar aire al pene.