Claudio Alpizar: No se engañe, los debates no van a decidir nada
Esta elección que ha terminado polarizada supuestamente por asuntos religiosos.
Estoy convencido que esta elección que ha terminado polarizada supuestamente por asuntos religiosos que algunos resaltan y otros quieren denigrar, que unos maquillan con temas ideológicos o con la supuesta “defensa” de los derechos humanos, trasciende esos escenarios ficticios.
Esta elección lo que está planteando es una lucha por el voto entre los de arriba y los de abajo, no es tema de izquierdas y derechas, no es tema de matrimonio homosexual o heterosexual, es más que eso. Son las zonas y las regiones más pobres e inseguras del país -las que menos disfrutan del bien común- contra las más ricas, son las gentes más sencillas de los barrios marginados frente a las “ilustradas” comunidades universitarias.
Es un frente a frente de los políticos tradicionales con los más humildes y abandonados por las ideologías y por una democracia que perdió sensibilidad con aquellos que hoy se apegan a Dios, si a Dios, ante la indolencia y la frialdad de los políticos y tecnócratas que piensan que con discursos y con su supuesta profundidad en el análisis y el conocimiento de los problemas nacionales le llegarán al corazón de los más humildes.
Es una lucha entre los que quieren ganar la elección desde la “profundidad” temática de debates que no cambiarán nada, frente al que valora el “cara a cara” de los candidatos y políticos en sus desesperadas comunidades.
No es una lucha por la economía abierta de la derecha, no es una lucha por la supuesta sensibilidad social de la izquierda, es una lucha que va más allá y que muchos no logran divisar y menos descifrar, es una lucha de los excluidos contra los incluidos.
Es el voto de los de arriba frente a los de abajo, de los incluidos contra los excluidos.
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